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jueves, 27 de diciembre de 2018

Discos del 2018 (IX)

10. Lucy Dacus. Historian.

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Los que escuchamos su début en 2016 - No burden, reseña aquí-, estábamos avisados de lo que era capaz de hacer Lucy Dacus, pero con este Historian ha reventado todas las expectativas. "Next big thing", escribimos hace dos años.

Pues nos quedamos cortos. Este Historian es para Lucy Dacus lo que fue My woman para Angel Olsen o Are we there para Sharon Van Etten: el disco que la coloca en la cabeza de esos artistas que van a mantener el rock en los próximos años -casi todas mujeres, por cierto-. Es increíble como unos pocos acordes, unas guitarras, bajo y batería y unas melodías sean todavía capaz de emocionarnos así, de sacar lo mejor de nosotros. Ni un solo pero se le puede poner a las diez canciones del disco, desde Night shift hasta Historians, todas son memorables. De 10.
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9. Nacho Vegas. Violética.



Sigo de cerca la carrera de Nacho Vegas desde que tocaba la guitarra con Manta Ray. Es de largo el artista al que más veces he visto en directo. Son veintidós años de convivencia musical, desde esos conciertos de Manta Ray en el Fun Club en los noventa hasta la última vez que pasó por Sevilla para presentarnos Resituación. Lo he visto presentarse en solitario en 2001 con su Actos inexplicables, la mochila cargada de sus referencias evidentes, de Leonard Cohen a Bill Callahan, intentando recuperar la figura del cantautor rock. Lo he visto aprender a ser un narrador de historias en el disco doble Cajas de música difíciles de parar (2003); comenzar a meter temática política presentando el EP Canciones desde palacio (2003). Lo he visto tocar la guitarra para que Migala fuesen lo más parecido a Mogwai que alguna vez pudimos soñar. Lo he visto jugar al personaje de rockero maldito drogadicto al borde de la muerte -y bordarlo, y ganar de calle- con Desaparezca aquí (2005). Lo he visto irse de gira y de parranda por México con Bumbury sacando El tiempo de las cerezas (2006) -donde puede que se escondan los mejores temas que Nacho haya grabado de siempre-; y también proponerse recuperar el cancionero asturiano junto a Xel Pereda con Lucas 15 (2006). Lo he visto con Christina Rosenvinge en El manifiesto desastre (2008)  y sin Christina Rosenvinge  en La zona sucia (2011). Y lo he visto involucrado en la búsqueda de un cambio político en Como hacer crac (2011), Resituación (2014) y Canciones populistas (2015). Cada disco de Nacho Vegas siempre ha presentado cierta homogeneidad, y siempre han tenido un puñado de canciones que han sobresalido del resto. Cada disco me ha parecido el mejor de su carrera en las primeras escuchas, me ha aportado dos o tres canciones que me han tenido escuchándolas en bucle; hasta que el tiempo ha ido poniendo cada disco en su lugar y mi fervor y pasión han ido diluyéndose. Con este último disco me ha pasado todo lo contrario. Disco doble de 18 canciones en las que, a diferencia del resto, no aprecio un todo global, no he conseguido ver el hilo que teje y une el disco; ni en las primeras escuchas han habido dos o tres canciones que me hayan parecido mucho mejores que el resto. En cambio, con cada escucha mi fervor y pasión por Violética ha ido creciendo, y si al principio mi favorita era Derrumbe, luego pasó a Ser árbol, posteriormente (Pasamos) el Negrón; en verano escuchaba con mis hijas A ver la ballena; durante varias semanas no dejé de canturrear el "y sin embargo se mueve" de Todo o nada; últimamente se me salta alguna lágrima con el comienzo de Los sabios idiotas; y hasta miro con buenos ojos la cumbia de Todos contra el cielo; y cada vez escucho más veces esa historia a los Nick Cave y sus Bad Seeds que es Bajo el puente de L'ará.  Han pasado seis meses desde que salió Violética y el tiempo ha puesto al disco en su lugar. Lo mejor que ha sacado Nacho Vegas en esta década. como mínimo.

8. Bill Ryder-Jones. Yawn. 

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Seguramente no conozcas a Bill Ryder-Jones, y si esta lista o este blog sirve para cambiar esa situación todo el esfuerzo de sentarse a escribir sobre la música que me gusta habrá merecido la pena. Lo descubrí en 2014 cuando cayó en mis manos su A bad wind blows in my heart del año anterior, y sus canciones melancólicas e intimistas basadas en el piano fueron robándome el corazón todo el año hasta hacerme fan. Pero es un tesoro tan escondido que hasta se me pasó su siguiente disco West Kirby County Primary (2015)-en el que se "americaniza" y cambia el piano por la guitarra-; por lo que, al descubrirlo en el 2016, esa maravilla tampoco entró en las reseñas de ese año. Pero esta vez he llegado a tiempo y he podido escuchar en su año este Yawn, y darle el lugar que se merece. Pocos discos pueden mirar a la cara en el plano emocional al primero de Red House Painters, y éste lo hace. Con la intensidad de las guitarras de los mejores grupos del catálogo de Touch & Go -me parece escuchar de fondo el fantasma de los mejores Seam-. Con un intimismo al nivel de The Mongolfier Brothers. Con la emoción que desbordaban las canciones de Elliott Smith. Si de toda la lista sólo quieres conocer un solo disco nuevo escoge éste.
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7. Low. Double negative.

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En estado de shock. Así es como nos quedamos los que llevamos esperando los discos de Low desde hace más de veinte años. En estado de shock al ver cómo un grupo con su trayectoria y largo recorrido sigue queriendo arriesgar, investigar y darle más vueltas a su sonido. En shock al ver que nuestros queridos Low se han "boniverizado", -como también han hecho otros legendarios ilustres dejándonos a cuadros como Lambchop (los genios tienen siempre puntos en común)-, abrazando sin complejos la electrónica y, sobe todo, dejando que sus voces jueguen con el autotune -la voz manipulable como un instrumento más-. En shock intentando descifrar y acercarnos a este disco arisco y lleno de filos, enorme y hermoso pero difícil y árido. En shock cuando seguimos escuchando y percibimos que siguen siendo Low, con todas sus enormes virtudes, pero por el contrario son otro grupo con nuevas cualidades. En estado de shock porque es como Mimi Parker y Alan Sparkhawk se sienten ante la situación política actual, que es lo que quieren transmitirnos en el disco. En shock cuando tras tramos de ruido y distorsión  alcanzamos la absoluta belleza de algunos intervalos del disco. En shock al terminar el disco y no saber qué decir; sólo querer volverlo a escuchar para intentar comprender. 

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6. Cat Power. Wanderer.



El cuerpo humano está hecho para sobrevivir. Su capacidad de adaptación es asombrosa. En nuestro mecanismo para poder sobrellevar situaciones desagradables, somos capaces de olvidar para no necesitar lo que hemos perdido. Si sufrimos de algún tipo de dolor diario, asumimos que ese es nuestro estado y llegamos a olvidar lo que es vivir sin dolor, para poder sobrellevarlo y no echarlo de menos. Igual pasa con las ausencias, acabamos olvidando para poder sobrellevarlas de la mejor manera. Pero si por cualquier motivo nuestra situación cambiase y volviésemos a disfrutar de lo perdido, recuperar un brazo perdido por ejemplo, nos sorprendería darnos cuenta de cómo hemos podido vivir todo ese tiempo sin ese miembro.
Llevábamos tanto tiempo sin disfrutar de la música auténtica de Cat Power -doce años, el disco que la catapultó comercialmente en 2012 Sun para mí no cuenta-, que ya nos habíamos olvidado de ella. Durante todo este tiempo la hemos remplazado por otras artistas que nos han aportado muchas cosas, hemos escuchado otra música que también nos ha emocionado, hemos seguido viviendo disfrutando de todas esas sensaciones que nos produce escuchar música. Y ahora de repente Chan Marshall regresa con Wanderer y nos preguntamos cómo hemos podido vivir todos estos años sin Cat Power, sin esas canciones, puras, sobrias y mágicas que nos dejan el alma desnuda, que parecen venir de lo más profundo de la raíz musical; cómo hemos podido olvidarla. Artistas que están muy por encima de la música, de las modas y de las tendencias; cuyos discos necesitan para ser verdaderamente apreciados el tiempo y la atención que nuestro consumismo atroz actual no permite. La misma epifanía tendré el día en el que Bill Callahan decida sacar nuevo material. ¿Por qué escuchamos música? Porque existen discos como éste.

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