I started out in search of ordinary things...

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viernes, 19 de diciembre de 2014

Discos del 2014 (VIII)

15. Perfume Genius. Too bright.


El tercer disco de Perfume Genius es un gran paso adelante respecto a los dos precedentes. Abandona definitivamente las grabaciones de dormitorio para lanzarse a una producción esmerada y cuidada; amplia su registro musical abriéndose a nuevos sonidos, y el nivel general de las canciones está varios puntos por encima de Learning y Put your back n 2 it.

Como una puesta de largo, Perfume Genius se viste aquí con sus mejores galas para conquistar, y es con este disco con el que debería obtener el reconocimiento que aún no tiene. Se nota la influencia de Adrian Utley en la producción, dando un toque Portishead a algunas canciones. Pero por encima de todo esto, queda la característica fundamental de Perfume Genius desde su primer disco: la fragilidad. Parece que su voz se va a romper en cualquier momento, que la canción entera puede hacerse pedazos si nos acercamos demasiado, como esas pompas de jabón gigantes, de múltiples colores y brillos, que al rozar nuestra mano desaparecen. Hermoso y frágil. Y conmovedor.

14. The War on drugs. Lost in a dream.


Tras un par de escuchas al Lost in a dream, no entiendo la razón de tanto revuelo, ni por qué muchos de mis artistas favoritos y de mís fuentes de información de confianza lo alaban tanto. Reconozco que no están mal, la influencia de Dylan es evidente, ¡pero es que me recuerdan un montón a Dire Straits!; y las canciones son muy largas, se hacen un poco pesadas, son repetitivas. En fin, que el problema es que el disco me deja frío...
Hazte un favor y no hagas como hice yo al principio con este disco. Cállate la boca y no opines hasta que no le hayas dedicado las escuchas suficientes, porque necesitarás varias para descubrir que, debajo de esos desarrollos largos en cada canción se esconde emoción a raudales, pasión in crescendo, sabiduría rock que bebe del mejor Dylan, Springsteen...y que, si haces memoria, hace una tira de años flipabas con Sultans of Swing antes de volverte un snob musical. Para descubrir y reconocer que este es el mejor disco de rock del año. Y punto.

13. Silvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró. Granada


Este disco traspira amor, amor por la música, por las buenas canciones, vengan de donde vengan. Apenas la bella voz de Silvia, acompañada por Refree a la guitarra eléctrica, es suficiente para emocionar con las versiones que conforman este disco. Un disco intimo, donde los silencios a veces dicen tanto o más que el resto, en la que se mezclan la experimentación de los arpegios de la guitarra con las melodias vocales clásicas. A destacar las tres versiones de Enrique Morente: Compañero, Pequeño Vals vienés (versión de la versión de Morente y Lagartija Nick de la original de Leonard Cohen, no va más) y, especialmente, Que me van aniquilando, que es lo que harían Low si en vez de mormones de Minnesota fuesen devotos de la Virgen del Carmen. Olé. 

12. San Fermin. San Fermin.


El debut de San Fermin es una de las sorpresas más interesantes del 2014, aunque el disco saliese realmente a finales del año anterior. El alma del grupo es el compositor Ellis Ludwig-Leone, quien tras sus estudios de formación clásica decidió montar San Fermin para dar rienda suelta a sus inquietudes musicales, mezclando lo que podríamos llamar indie pop con influencias de jazz, standards clásicos de los cincuenta, teclados soul estilo Stevie Wonder... Los giros musicales que dan las canciones a lo largo de su desarrollo les acercan a Andrew Bird, pero con menos imaginación; la variedad de registros durante el disco recuerda a un Sufjan Steven menos folk; la voz del cantante masculino nos trae en muchos momentos a The National a colación; la orquestación de algunos temas recupera a los Tidersticks menos dramáticos... Las 17 canciones del disco quizás sean demasiadas, sobre todo porque algunas dañan la calidad del conjunto, pero nadie podría toser a un disco con Renaissance!, Casanova, Sonsick, Methuselah, Torero, Bar, Oh Darling Daedalus. 

11. Luluc. Passerby.



Este disco es sin duda el más bonito de esta lista. Todas y cada una de las canciones son preciosas. Como el lado amable y acústico de Low; una voz femenina que te derrite el corazón, con un acompañamiento acústico sobrio y sosegado. Un disco que calma ansiedades, que cura el alma. Una ventana abierta por la que entra la luz. 

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