I started out in search of ordinary things...

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domingo, 14 de diciembre de 2014

Discos del 2014 (V)

30. Sr. Chinarro. Perspectiva caballera.


Aunque sé que hay fans ultraortodoxos que me mirarán mal al decir esto, hasta que Antonio Luque no aprendió a grabar con El fuego amigo sus discos dejaban bastante que desear. El genio ya estaba ahí, cierto, pero costaba demasiado esfuerzo encontrarlo, tanto como oir esas letras con unas voces siempre tan poco cuidadas en las grabaciones. Y que conste que servidor aún guarda en su discografía sendas copias de El porqué de mis peinados y de Nosequé-nosecuántos. 
Así que ahora que parece que Antonio Luque ha vuelto en parte a su época Acuarela, con canciones un poco más oscuras y letras algo más crípticas, la principal diferencia es que sigue grabando buenos discos, cantando como nunca, con las guitarras sonando como deben y con los arreglos necesarios para cada canción.

29. The Pains of Being Pure At Heart. Days of abandon.


Melodías de azucar bajo muros de distorsión guitarrera. Con estas premisas, ya utilizadas desde tiempos de Jesus & Mary Chain, y una colección imparable de hits, conquistaron con su primer disco The Pains of Being Pure at Heart a ese pequeño shoegazer con camiseta de rayas que aún llevo dentro de mí. Si tuviese quince años menos me hubiese hecho fan incondicional del grupo. Ahora, con este tercer disco, se ha perdido gran parte de la frescura y la inmediatez, todo parece más domesticado, las guitarras han bajado los decibelios dejando paso a un sonido pulcro y cuidado. Pero todavía presentan algunos hits con los que mi otro yo se pone a dar saltos y a tocar una guitarra imaginaria.

28. Bonnie Prince Billy. Singer's grave - A sea of tonges.


El monumento sonoro que lleva levantando Will Oldham desde 1993 es de una dimensión que impresiona, sacando material cada año ya sea en forma de disco propio, tocando con otros, directos... Habrá publicado bastantes más de trescientas canciones, y ninguno de sus discos baja del notable. En este caso las que presenta son gran parte de las canciones de su último disco como Bonnie Prince Billy -Wolfroy goes to town-, reinterpretadas por completo, vistiendo la desnudez de las originales con una instrumentación country clásica, con violín, banjo, pedal steel... Puede parecer un refrito sin interés, pero estamos hablando de Will Oldham, así que lo que tenemos es la oportunidad de disfrutar de nuevo de esas canciones pero ahora desde una perspectiva nueva. No es una cima en su carrera, pero sigue estando a gran altura.

27. Centro-matic. Take pride in your long odds.


Will Johnson y sus compañeros han grabado uno de mis cinco discos favoritos de lo que llevamos de siglo -el primero de South San Gabriel-, y por ello les debo devoción y respeto. Así que Centro-matic me traen regularmente la ración de rock que necesito. Este disco no es mucho mejor ni peor que los anteriores, aunque mi favorito siga siendo Navigational (la primera vez nunca se olvida, y con ese disco descubrí al grupo). Americana de calidad.
Pincha para ver video.

26. Hozier. Hozier.


El primer disco de Hozier seguramente venderá un montón de discos, puede que incluso gane algún Brit Award, y la verdad es que el chaval merece eso y más. Solo el video de su single de presentación Take me to the church tiene casi 45 millones de visitas en Youtube, pero es que es un temazo impresionante. Todo en el disco está cuidado y arreglado para que te entré rápido y se te quede en la cabeza. La producción es impecable, la instrumentación y arreglos completos, los coros le dan un toque gospel a las canciones que lo necesiten. Vamos, que da gusto escucharlo. Hozier hace rock de siempre con influencias de soul y R&B clásico, y lo hace muy bien. Al ser irlandés todos hablan de Van Morrison, pero detrás de más de un tema vemos pasearse al espíritu de Jeff Buckley.


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