Romulus
Aquella vez en la que mamá llamó, con una voz de resaca de fin de año, nos pásabamos el teléfono unos a otros, comentando cualquier cosa sobre Oregón. Cuando me tocó a mí, me entró vergüenza. Cuando me lo pasaron a mí, me dio vergüenza.
Una vez, cuando ya nos habíamos mudado, ella vino a Romulus, a pasar el día. Su Chevrolet se estropeó. ¡Cómo rezámos para que nunca lo pudiesen arreglar! Y le acariciábamos el pelo, le tocábamos el pelo.
Fue después de tener a su último hijo que empezó a salir con hombres, a echarse a los peligros. Se mudó, se fue muy lejos. Ese día el abuelo nos compró un vídeo nuevecito. Nos pásamos la noche viendo películas. Crecimos delante de ese vídeo.
La vimos de nuevo el pasado otoño. El abuelo acababa de morir en el hospital. No parecía estar muy afectada, fumando y tiñéndose el pelo tranquilamente en su habitación. Y me dió verguenza, me avergoncé de ella.
Muy triste la letra pero es verdad que las canciones de este autor llegan al alma
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