I started out in search of ordinary things...

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martes, 10 de mayo de 2016

Canciones enfrentadas: habla de nuestro amor tras mi muerte

Una variante perversa a la elegía es escribir sobre el discurso de tu propio funeral. Muchos se han preguntado "¿qué dirán de mí cuando muera, cuando falte?", y, en particular, "¿qué será del amor de mi vida, de mi pareja? de aquella que decidió pasar conmigo su vida hasta mi muerte; ¿qué dirá el día en que ésta llegué?"
Hoy pretendo traer aquí dos canciones enfrentadas que tratan de manera muy diferente este tema. En ambas el autor le indica a su amor lo que debería decir en su responso cuando él muera. Por un lado tenemos la visión romántica y poética (la traducción no literal ha sido bastante difícil, espero que no quede muy extraña) de Sam Beam, o lo que es lo mismo Iron & Wine, de su disco Our endless numbered days. Intentar poner en palabras un amor tan grande y lleno; intentar que los seres más cercanos puedan hacerse idea de ese amor, porque reteniendo y recordando ese amor podrán retener y recordarle a él. Porque una vez desaparecido el cuerpo físico su esencia es ese amor conyugal, ese amor es él. 
Por otro lado encontramos la visión más pragmática de Bill Callahan, o lo que es lo mismo Smog, de su disco Dongs of Sevotion. Supurando humor negro, aquí son los actos los que importan, nada de esencia ni de metafísica. Son los buenos ratos que pasamos los que conforman nuestra vida, y eso es lo que debemos recordar cuando alguien nos falte. Lo que nos dio mientras vivió, lo feliz que nos hizo, los momentos concretos. Porque la felicidad no es abstracta, sino que es un conjunto de esos momentos concretos, y el amor no es más que intentar hacer feliz a otro, de darle el mayor número de esos momentos. Y si es bajo fuegos artificiales...

Each coming night

Les dirás cuando ya no esté: fue encontrar a mi amor y yacer en habitaciones nunca antes transitadas.
Les dirás cuando ya no esté: me enamoré de su hijo por sus fuertes brazos, aprendimos a mecernos y ahora a vivir sin ellos.
Les dirás cuando ya no esté: en el cuerpo de vuestro padre encontré el juicio final; juntos nos sumergimos y florecimos junto al río.
Me dirás cuando ya no esté: tu rostro se ha desvanecido pero aún perdura, porque la luz trae destellos tuyos cada anochecer.


Dress sexy at my funeral

Ve provocativa a mi funeral, mi buena esposa. Por primera vez en tu vida vístete sexy, en mi funeral.
La blusa desabrochada, la falda algo levantada. Mi buena esposa, vístete sexy en mi funeral.
Guíñale el ojo al cura, lanzales  besos a mis hermanos. Querida esposa, ve provocativa a mi funeral.
Y cuando te toque hablar, delante de todos, cuéntales aquella vez que lo hicimos en la playa, a la luz de los fuegos; en las vías del tren, mientras se clavaban los guijarros en la espalda; en los servicios de aquel bar abarrotado. Y en el cementerio, sobre las tumbas, donde ahora descansaré. 
Ve provocativa a mi funeral, mi buena esposa. Por primera vez en tu vida vístete sexy, en mi funeral.
Háblales tambíen de mis buenas obras, de cómo intenté amar al prójimo lo mejor que pude, pero sobre todo no se te olvide lo de aquella vez en la playa, a la luz de los fuegos.


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